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Shinya Ohira 晋也 大平
(Ohira Shinya , 1966 -) is a Japanese animator, and animation director of Aichi prefecture
wiki
Shinya Ohira es muy fácil de definir, es el mejor animador en vida, básicamente. En palabras de Inoue Toshiyuki, un genio. Ohira -nombre artístico de Shinnosuke Harada- es todo un referente de la animación japonesa, técnicamente impecable y una leyenda en vida. Actualmente cada vez que participa en un proyecto nuevo, es un motivo de celebración para los fans del anime.
Ohira decidió hacerse animador cuando de joven vio una escena dibujada por Masahito Yamashita en la obra Urusei Yatsura. En sus inicios fue un claro seguidor del estilo de Yamashita, bajo la corriente de estilo Kanada, y se centró en ser un animador de mechas. Desde sus inicios Ohira ha sido muy perfeccionista, obsesivo incluso, y una muestra de ello se puede observar en la siguiente anécdota. Durante la producción del anime Gall Force, tardó más de un mes en animar una escena de 3 segundos, absorto como estaba en dar lo mejor de sí. Llegó a dibujar 300 genga por los 3 segundos que duraba la escena, y remarco genga, no intercalados.
Tras unos años de aprendizaje centrándose sobretodo en los efectos y los fondos, sus resultados fueron apreciables en la legendaria película de Akira, en la que se encargó de animar la escena donde los edificios se colapsan, siendo este metraje el zenit de su etapa como dibujante realista.
Desde entonces, Ohira pasó a experimentar más con la animación de personajes y sus actuaciones, y desarrollaría el estilo por el cual es conocido actualmente. La animación de Ohira es idiosincrática y básicamente inimitable. Su estilo es fácilmente reconocible, ya que está repleto de líneas esbozadas y rugosas, dando lugar a figuras ondulantes. Este efecto ha terminado denominándose el “tambaleo de Ohira” (Ohira wobble). Este efecto es creado debido a que intenta retratar el movimiento y las acciones, dejando de lado el personaje en si. Le gusta exagerar los movimientos, manipulando la gravedad y el equilibro. Además, todas sus escenas están llenas de pequeños detalles que saturan la pantalla.
Ohira tras el paso de los años ha terminado por centrarse en intentar plasmar los estados psicológicos de los personajes en la realidad, hecho que le ha llevado a ser comparado con la pintura expresionista. El ejemplo más claro y distintivo lo podemos observar en la décima ova de The Hakkeden, de la que ya hablaré más adelante. Otra anécdota que podemos extraer gracias al tiempo que trabajó en el anime de Gall Force, es que todos sus dibujos están tan sobrecargados y son tan densos que algunas de sus escenas en susodicho anime se consideraron imposibles de filmar en su época, ya que volvía la imagen borrosa. En A-ko también dibujaría hasta 1000 dibujos por una escena, con una profundidad de hasta 14 capas, que también se tachó de imposible de filmar en esa época. Esta barrera tecnológica se derrumbó gracias a la adaptación del procesamiento virtual, y ahora podemos apreciar todas las texturas de sus escenas, que llegan a producir impactos emocionales. Normalmente centrado en situaciones de nervios y ansiosas, él ha comentado que le gusta hacer arte visceral. Como curiosidad, Ohira se filma a él mismo actuando antes de animar para ver bien como se mueve una persona.
Ohira debutó como director en La tienda de antigüedades, y participó en otros proyectos diversos. De esta época se puede destacar que lo echaron de un proyecto por retrasar todo el tiempo de producción obsesionado como estaba por perseguir una animación perfecta. Era para el piloto de la película Junkers come here, y tardó 6 meses para dibujar 3 minutos de animación. En esos años empezó a expresar sus preocupaciones de no saber si podría ganarse la vida como animador (los animadores cobran muy poco), pero siguió trabajando. De su época de los noventa, hay que detenerse y hablar de la décima ova de The Hakkenden. En esta pieza, Ohira fue el director y animó una escena importantísima para el futuro del anime.
Cogiendo a su protegido (Masaaki Yuasa) como animador y director de animación, Ohira rompe una de las reglas más sagradas hasta entonces, pasa de los diseños de los personajes. Redibujándolos a su gusto, muchos de ellos son apenas reconcibles si los comparamos con sus yos de los otros capítulos, siendo muy feos, expresivos y viscerales. De este modo Ohira logra un efecto expresivo muy acentuado, usando muchos cambios de perspectiva, cambios de cámara súbditos y cinética acelerada. Este episodio marca un antes y un después para él y para la industria. Muchas veces citado como uno de los capítulos más influyentes de la historia del anime, también es un adiós de parte de Ohira a la escuela realista y una carta de presentación de su nuevo estilo ya perfeccionado.
En 1995, preocupado por no poder ganarse la vida como animador, abandona este trabajo, aunque volvería dos años más tarde animando el juego Blood: The last vampire. Desde entonces, Ohira ha ido dejando escenas espectaculares en infinidad de proyectos. Ha trabajado en Ghost in the Shell, Windy Tales, Animatrix: Kid’s story, Redline, FLCL, Tekkon Kinkreet, Mind Game, Ping Pong The Animation, Space Dandy… De esta etapa me encanta destacar la escena que dibuja en Animatrix, la persecución en monopatín es un claro representante de todo su estilo, podemos ver los cambios de cámara, como el patinador cambia los centros de gravedad, la ansiedad del personaje, la sensación de velocidad… (Su parte empieza en el segundo 20, hasta entonces anima Shinji Hashimoto, un estrecho colaborador).
Uno de sus últimos trabajos fue en Space Dandy, animó parte del capítulo 16, el capítulo de Yuasa. Su relación con Yuasa viene de hace años, como he comentado, y últimamente ha trabajado en muchos de sus proyectos, como reconocimiento a su trabajo. En Ping Pong animó muchísimas escenas de sus capítulos, ayudando así a dar forma a una serie que tuvo muchos problemas de producción. También fue el story-boarder, AD y director del Opening de la obra, aparte de animar una parte. El OP, como muchos sabéis, es una pasada, pero no pudo terminarse hasta el tercer capítulo, y en el cuarto aún añadían escenas.
Ohira en estos últimos años se ha encargado de dirigir artistas con mucho talento, ayudándolos a desarrollarse como artistas. En este rol de director, no puedo no hablar de su trabajo en Asura’s Wrath 11.5. En esta animación él no dibuja, pero su estilo está más que plasmado a lo largo del metraje, la verdad que quita el hipo.
Sus trabajos son tan reconocidos que también ha trabajado en varias películas muy conocidas. Animó una escena de Kill Bill y ha colaborado en numerosas películas del studio Ghibli.
De su estancia en Ghibli podemos extraer también, como de importante es Ohira. Miyazaki tiene un estilo tan particular también que normalmente cuando supervisa toda la animación, tiende a arreglar y a redibujar detalles para que queden de forma uniforme con su modo. Ohira es de los poquísimos animadores que ha llegado a lograr ser reconocible en sus películas, demostrando lo bueno que es.
Finalmente y para terminar, a parte de animador, también es profesor del programa de animación de la universidad Nagoya Zokei y uno de sus últimos cortos fue en el marco del Genius Party Beyond, Wanna the doggy, donde se inspiró en los dibujos de su hijo. Apasionado de las películas antiguas de Disney, Ohira ha llegado a ser él mismo una contradicción andante; es un animador completo en un país de animación limitada.sobreanimadoresysakuga
Director (2 credits)
2007 Genius Party
1989 Riding Bean (Video)
IMDB
Enlaces completados:
OK Genius Party Beyond (VV. DD., 2008)[ver _Mahiro Maeda_]
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