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Zoltán Huszárik La tragedia rondaba a Huszárik (14 de Mayo de 1931, Domony (Hungría), 15 de Octubre de 1981, Budapest (Hungría)) casi desde el nacimiento, su padre murió cuando tenía dos años, su madre pocos años después. El protagonista de “Szinbad”, adaptación tenebrosa, terrosa, del Simbad oriental, Zoltán Latinovits (aunque el elegido inicialmente era ni más ni menos que Vittorio De Sica), se suicidó en pleno rodaje de su segunda película, la parcialmente fallida “Csontváry” (1980), el propio Huszárik también, cansado de acumular fracaso tras fracaso, ninguneo tras ninguneo.
Menos mal que el tiempo pone las cosas en su sitio, siempre demasiado tarde, y a Huszárik le ha sucedido lo mismo que a Val del Omar, su equivalente español, que lejos de que sus
películas hayan envejecido, caducado, como gran parte de la filmografía de Jancsó o
Makk, resultan todavía más modernas, vibrantes, táctiles, que cuando se realizaron. El
recurrente destino, maldición, de los creadores visionarios, diferentes, únicos. Ambos
sufrieron, y por desgracia siguen sufriendo, el estúpido estigma del grande ande o no
ande, que impide que solo se reconozcan los largos, en concreto “Szinbad”, obviando
obras maestras del calibre del corto “Elegía”, una película hipnótica, febril, realizada al
margen del mercado, de las subvenciones, de la censura, gracias al mítico estudio Béla
Bálazs. Y no es la única, de igual calibre son “A piacere” (Un placer) (1976),
“Capriccio” (Capricho) (1969) y “Tisztelet az öregasszonyoknak” (Homenaje a las
ancianas) (1971), tres películas, réquiems, a secas, de una belleza desoladora,
sobrecogedora, que contienen más cine, genialidad, por fotograma, que muchas
filmografías completas. Huszárik fue fiel a sí mismo, a su cine, y el resultado es que sus
películas están vivitas, y coleando.
“Mis películas son pictografías, escritura jeroglífica” Zoltán Huszárik
ELÉGIA (1965)
El hijo se come al padre, es ley de vida, siempre y cuando el padre sea comestible,
superable, cosa cada vez más complicada. No es el caso de Huszárik, el hijo bastardo de
Val del Omar, que se merienda con patatas a su padre putativo.
El gran inconveniente del cine de las vanguardias es que generalmente suelen ser
ejercicios de estilo, experimentos, que se agotan en sí mismos, con su visionado, no hay
más posible lectura que la estética, que la meramente sensorial, son puro lenguaje
visual, sonoro, sin la menor capacidad narrativa, reflexiva. Son fuegos de artificio,
fatuos, aparentes, que no dejan poso, sólo un vago recuerdo.
Los cortos experimentales de Huszárik o Pelechian no, no son una excusa para
demostrar su pericia, su autoría, son coherentes, ajustados, con los temas que tratan, sin
caer en la ilustración o en la imagen bella, sublimándolos, transfigurándolos, utilizando
la herramienta específica del cine, la única que le diferencia del resto de las artes, el
montaje, de imágenes, y de sonidos. Huszárik y Pelechian construyen sus películas en la
mesa de montaje, no son un simple corta y pega de planos, de escenas, como la mayoría
de películas, en las que A sigue a B y después C, películas que podría montar hasta un
mono porque ya vienen premontadas del rodaje, son un kit IKEA con una sola
posibilidad de montaje.
No me extraña que la mayoría de estos directores no monten sus propias películas, no
hay nada que montar, los más posmodernos, los más simples, se creen que vale con
barajar la estructura temporal de las películas para que dé la sensación de que estás
viendo algo diferente, algo nuevo, algo que sólo se consigue encontrando nuevas
relaciones, nuevas conexiones, entre las imágenes, entre los sonidos, sin necesidad de
embarullarlas, de hacer un totum revolutum anarrativo, sin armazón, sin cuerpo.
Todo en la vida, todo, tiene un comienzo, un medio, y un fin, pretender saltarse
alguno de esos pasos lo único que provoca es la falta de comunicación, de interacción
entre el director y el espectador. Quien busque la incomunicación de forma deliberada
bien hecho está, pero que luego no se queje de que no le entienden. Todo en la vida es
cíclico, circular, narración.
“Elegía” en un primer vistazo puede parecer una oda a los caballos, pero es mucho
más que eso, es un réquiem a la libertad, a una libertad perdida, limitada. No es un
cualquier tiempo pasado fue mejor, sino hubo un tiempo en que éramos libres, animales.
Un tiempo que perdimos, que perdemos, en cuanto empezamos a andar a dos patas.
Como siempre en Huszárik, una inquietante combinación de pasión desaforada por la
vida, con una no menos desaforada pasión por la muerte. Una mezcla de Franjú con Val
del Omar, con la gravedad de Bártok.
“Elegía es la primera película húngara que traduce al lenguaje cinematográfico el
pensamiento” Gábor Bódy (otro director húngaro suicida)
CAPRICCIO (1969)
Una sarcástica reflexión sobre lo efímero de la belleza, de la vida, y que mejor manera
que con muñecos de nieve, los precursores del happening, del performance.
SZINDBÁD (1971)
Con “Szindbád” uno tiene la tentación de soltar una frase lapidaria del tipo: “la mejor
fotografía de la historia del cine”, y dejar con eso despachada la película. Algo que sería
tanto como decir que sólo es bella en la forma, en la superficie, y no, no es así, el
contenido es igual de bello, de justo. El deseo, irrealizable, que tiene cualquier ser
humano, el de una vez muerto, poder regresar para interrogar a las personas que han
formado parte de nuestra vida la imagen que tenían de nosotros, cuales eran sus
sentimientos, y volver a recordar las mejores imágenes de ese pasado, que al ser pasadas
siempre tienen un componente de idealización, de mentira. En este caso el recorrido es
por las mujeres que han amado a Szindbád, decir las mujeres que amó no sería ajustarse
a la realidad, queda la duda de si realmente amó a alguna de ellas. Aunque si nos
atenemos a la interpretación torticera del eterno femenino, la de que en cada mujer están
todas las mujeres, curioso que no se diga lo mismo de los hombres, habría que contestar
afirmativamente. Torticera porque si realmente en cada mujer están contenidas todas las
mujeres, lo más lógico, lo más coherente, lo más sencillo, sería tratar de profundizar, de
ahondar, en una sola mujer, dedicar toda nuestra vida, todas nuestras vidas, a tratar de
conocerla, de comprenderla, y viceversa. Ir picando de flor en flor sería una pérdida de
tiempo, y de conocimiento, habrá quien piense que en la variedad está el gusto, pues que
luego no se extrañe de que con el paso de los años se acabe convirtiendo en los restos
del buffet libre que se utilizan para hacer croquetas.
Al margen de la espectacular fotografía de Sándor Sára, realmente insuperable, y más
con las limitadas cámaras digitales, que convierten cualquier película en una verbena de
colores sin el menor matiz, lo más deslumbrante es el montaje de Huszárik, un montaje
a base de fogonazos, de chispazos, en los que el exterior se asoma al interior, en los que
el pasado se filtra en el presente sin recurrir a flash-backs, como sucede en la vida real,
en la que el pasado y el presente se funden cuando menos te lo esperas. El tiempo no es
lineal, el presente no siempre es presente, la mayoría de las veces se queda en mera
repetición del pasado, en un intento de recuperarlo. Lo que es inmoral,
cinematográficamente hablando, es utilizar los flash-backs para darnos información,
para tratar de buscar identificación, empatía, con los personajes. Los saltos en el tiempo
tienen que ser una necesidad de los personajes, formar parte de su presente, no ir
destinados al espectador. Una película es un universo cerrado al que se deja entrar al
espectador a mirar, a cotillear, pero sin utilizar a los personajes, sin traicionarlos,
compartiendo sus vidas, y sus secretos, si nos los quieren desvelar, no mirándolos por
encima del hombro, con condescendencia, con suficiencia, con lástima, sino con
respeto, con aprecio, con ternura.
“Dejar una huella de mí después de todo. Nada más” Zoltán Huszárik
"ZOLTÁN HUSZÁRIK, un trágico apasionado" (2008-2014) Julio Pollino Tamayo
Director (16 credits)
1980 Csontváry
1976 A piacere (Documentary short)
1974 Törvényt teremtö mesterek (TV Movie documentary)
1971 Szindbád
1971 Tisztelet az öregasszonyoknak (Short)
1970 Amerigo Tot (Short)
1969 Capriccio (Short)
1968 A dolgok eredete (TV Movie documentary)
1968 Hegyi kiképzés (TV Movie documentary)
1968 Heten a hegy ellen (TV Movie documentary)
1968 Ugye te is akarod? (TV Movie documentary)
1967 Egy mentöorvos naplójából (TV Movie documentary)
1967 Maszkot akarok (TV Movie documentary)
1965 Elégia (Short)
1963 Groteszk (Short)
1959 Játék (Short)
IMDB
Enlaces completados:
OK Elégia (Zoltán Huszárik, 1965)
OK Szindbád (Zoltán Huszárik, 1971)
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